Tuve un corazón con una falla la mayoría de mi vida adulta. Estaba en mi segundo marcapasos / desfibrilador cuando las cosas se vinieron al suelo bastante rápido. En total colapse cinco veces. Cada vez mi desfibrilador entraba en acción y me regresaba a la vida. Finalmente, luego de 15 años de cuidado, mi cardiólogo dijo que mi corazón estaba fallando. Luego de semanas de exámenes, se determinó que necesitaba un trasplante de corazón — y pronto. Tenía probablemente un año, o menos, de vida. A los seis meses de estar en el programa, me llamaron para decirme que habían encontrado un corazón que era compatible perfectamente. La cirugía fue de seis horas y media, y exceptuando unas complicaciones mínimas durante la recuperación, todo salió perfecto. Ocho días después, estaba sentado en casa. Hoy en día no sé nada sobre mi donante salvador de vida excepto que tenía alrededor de 20 y era mujer. No sé qué habré hecho para merecer una segunda oportunidad de vida pero no voy a desperdiciarla. Había una persona con vida y aliento que ahora vive adentro de mí. Voy a tratarla con el respeto que se merece. En otras palabras, voy a cuidar de ella como si mi vida dependiera de ello.
Hoy, siento que soy parte de un muy exclusivo club del que pocas personas pueden ser miembros. Y ahora uso mi corazón con orgullo — como una placa de honor.