La hija de Michelle, Madisynn, nació con una condición extraña y fatal conocida como el síndrome de Berdon. Ella no podía comer o digerir comida por su cuenta. A la familia se le dio poca esperanza de sus posibilidades de vida. De hecho, al momento de nacer le dijeron que no viviría más de 6 meses y había 99% de posibilidades de que no viera su primer cumpleaños, a menos que recibiera un trasplante multi-visceral. A las 10 semanas de edad, Maddie fue añadida a la lista de espera de trasplantes. Después de 20 cirugías y más de 50 trasfusiones de sangre/plaquetas, ¡ella lo logró! Recibió el hígado, bazo, páncreas, estómago e intestinos todo de un donante. Le fue tremendamente bien. Era un milagro. Pero exactamente un mes después, a Maddie le dio un ataque cardiaco y quedo en muerte cerebral. Su familia quería saber si era posible donar alguno de los órganos de Maddie cuando muriera, y estuvieron muy orgullosos de encontrar a un pequeño niño que recibió su corazón y los demás órganos fueron dados a investigación.
“La vida es un circulo, y como donantes podemos darle la vuelta. Es extremadamente difícil perder a un ser amado, especialmente un niño, pero la donación te brinda comodidad y paz al saber que tu hija, a pesar de su joven edad, hizo una gran diferencia’’ –La madre de Maddie, Michelle