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Maribel Lopez Pascall: la donación de órganos golpeó a su puerta dos veces

Nadie piensa en la donación de órganos o en involucrarse en este tema hasta que afecta directamente a la persona, su familia o a un amigo. Cuando fui por primera vez al DMV en 1997 a los 16 años, un empleado del departamento me preguntó si quería convertirme en donante de órganos. Inmediatamente dije que si pero no tenia ni idea de la manera en que funcionaba la donación de órganos o la forma en que impactaría mi vida. No recuerdo haber discutido mi decisión de convertirme en donante de órganos con mis padres ya que la muerte era algo en lo que no pensaba siendo tan joven o que afectaría a mi familia. Al pasar los años me olvidé completamente de este tema hasta que un evento terrible le sucedió a un miembro de mi familia. 

En una mañana de principios del verano de 2004, recibimos una llamada telefónica que, de manera muy real, nos dio a conocer la donación de órganos por primera vez. Fue una llamada desgarradora informándonos que mi primo había estado en un terrible accidente automovilístico. Aun recuerdo vívidamente cuando mi padre respondió el teléfono y preguntó “¿Qué sucedió? ¿Qué hospital?” recuerdo lo asustada que estaba de preguntarle a mi padre lo que sucedía. Mi padre me dijo “José Manuel tuvo un accidente automovilístico y se encuentra muy mal herido.” El camino desde nuestra casa hasta el hospital fue uno de los más largos de mi vida; cinco millas parecieron 1.000. Fuimos en completo silencio, consternados y en negación. Cuando llegamos al hospital, la mayoría de la familia ya se encontraba allí, también confundidos y petrificados. Mi primo Manuel había sufrido una herida devastadora en la cabeza. Después de pasar algunas horas en el hospital, los doctores hablaron con mi tío y le dieron la terrible noticia de que José Manuel tenía muerte cerebral. La noticia fue tan perturbadora y dolorosa que aun hoy es difícil describir lo que sentí ese día. 

Afortunadamente para nosotros, alguien del equipo de donación de órganos se acercó a mi tío y le ofreció la oportunidad para que José Manuel se convirtiera en donante de órganos, la oportunidad de dar “regalos de vida”. Estamos tan contentos y agradecidos de que alguien nos hubiera ofrecido esta oportunidad. Mi tío dijo “SI” a la donación de órganos por que sintió que era muy pronto para que nuestro primo nos dejara. José Manuel tenía solamente 18 años, un hombre joven con muchas metas y ambiciones por cumplir. Varias personas se salvaron gracias a la decisión desinteresada de mi tío de donar los órganos de su hijo. La decisión de donar y nuestras oraciones ayudaron a sanar nuestras heridas por esta terrible tragedia.   

Como familia, continuamos con nuestras vidas sabiendo que nuestro primo vive dentro de nosotros y dentro de otros. Habíamos ayudado a otros y nunca imaginamos que tendríamos que tomar la misma decisión otra vez. Poco sabíamos que Dios tenía otro reto para nosotros. En marzo de 2010, recibimos otra llamada impactante. Esta vez era el esposo de mi prima, Osvaldo.   Osvaldo era un hombre saludable de 37 años, esposo y padre de tres hermosas niñas. Un día en el trabajo, se quejó de un dolor de cabeza pero no le prestó atención. Al pasar el día, su dolor de cabeza empeoró y decidió irse a casa a descansar. El dolor de cabeza se intensificó y se sintió mareado aun creyendo que era una migraña. Unos minutos después, perdió la movilidad del lado izquierdo de su cuerpo, y fue allí cuando fue evidente que era más que un dolor de cabeza regular o una migraña ocasional. Inmediatamente Osvaldo fue llevado al hospital más cercano del área. Se le diagnosticó un derrame cerebral. Su esposa María, fue al instante a verlo y a cuidar de él. El doctor explicó que había sufrido un ataque de apoplejía pero que podría recuperarse con unas prolongadas sesiones de terapia. Estábamos alegres y agradecidos, pero en cuestión de horas todos estos sentimientos se desvanecieron. Su salud desmejoró inexplicablemente y falleció.  Su muerte fue tan sorprendente dado el pronóstico que nos dieron los doctores. Alguien ofreció a su esposa María la oportunidad de convertir a su esposo en donante de órganos. María dijo SI a la donación por que quería que él continuara viviendo entre nosotros.  Su hija menor tenía 3 años de edad, la siguiente 8 y la mayor 13. 

Ha pasado un poco más de dos años desde que Osvaldo falleció y en un par de días su hija mayor estará celebrando su Quinceañero.  La fiesta de Quinceañera es una celebración especial cuando las niñas cumplen sus 15 años; es una tradición Azteca y Tolteca celebrar el paso de niña a mujer. Es tradición que el padre presente a su hija en sociedad como mujer. Osvaldo no estará presente para participar en esta celebración especial, Alejandra estará celebrando sus “15 años” sin su padre pero sabe muy en su interior que él aun se encuentra entre nosotros dentro de otros y en espíritu. 

Realmente extrañamos a los dos miembros de nuestra familia que no están más con nosotros. La donación de órganos ha golpeado nuestra puerta dos veces y nunca nos hemos arrepentido de la decisión tomada por nuestro tío o prima. Dar a otros cuando una familia está necesitada y otra está sufriendo es una verdadera bendición, honor y un proceso de sanación. Escogimos la donación por que creemos que se requieren personas especiales para donar y personas especiales para recibir estos “regalos de vida”    

Dado que la donación de órganos significa tanto para mí, a partir de marzo de 2012, soy un nuevo y orgulloso miembro del equipo de LifeShare Of The Carolinas.  Finalmente tengo una manera de ayudar a las personas que requieren órganos, tejidos u ojos. Mi trabajo es despertar conciencia, informar, educar, y compartir la breve historia de mi familia. Mi familia y yo somos parte de una membresía distinguida. Somos miembros de un “Club” que cubre todos los géneros, edades, razas y culturas. Por favor tómese el tiempo para aprender acerca de la donación y regístrese para convertirse en donante. Nunca sabrá cuando la donación de órganos puede tocarlo a usted o su familia, para dar o recibir el REGALO DE LA VIDA.